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miércoles, 1 de junio de 2016

«TODO ES DE COLOR», "TRIANA", GONZALO GARCÍA PELAYO Y UNA ALTERNATIVA SUREÑA INCUESTIONABLE.

Hace unas semanas tuve la suerte y el placer de disfrutar del preestreno de la película "TODO ES DE COLOR" dirigida por GONZALO GARCÍA PELAYO; película en la que Gonzalo le rinde un homenaje –memoria viva– al grupo musical sevillano "TRIANA" integrado por Jesús de la Rosa (1948-1983), Eduardo Rodríguez Rodway (1945) y Juan José Palacios (1943-2002).


Antes de introducirme en esta nueva película de Gonzalo García Pelayo, he de decir que, por lo general, a mi, personalmente, su cine –libre y alternativo– siempre consigue "atraparme".

El cine que crea Gonzalo es, para mi, un cine "seductor" por lo que tiene de sensitivo –casi de irracional–. Un cine "latiente" y "cálido" que suena, visualiza y destila humanidad y "pasionalidad" en cada secuencia.

¡Sí!, así es, el cine de García Pelayo un cine en el que la "pasión" siempre aparece sutil y descaradamente presente entre los "créditos" silenciados: pasión por la vida, por el amor, por la belleza, por la libertad y por la música, a la que Gonzalo tanto le ha aportado a lo largo de toda su vida.

Gonzalo García Pelayo-

Es por todo lo anterior por lo que siempre que veo una película de Gonzalo por primera vez –siempre me ha ocurrido– me surgen inevitablemente dos experiencias:

Por una parte siempre hay una o dos secuencias, en cada una de sus películas, que, de entrada, me impactan y consiguen "arrebatarme" muy especialmente; se me quedan fijas en la retina, o quizá en el corazón o en el subconsciente. Son sin duda latidos y pasiones que de alguna manera Gonzalo y yo compartidas. 

Por otra parte con el cine de Gonzalo siempre me ocurre que cuando veo una de sus películas, salgo de la proyección impactado, cuestionado e insatisfecho; o sea con una especie de sensación de que "algo me he perdido"; sensación que permanece hasta que no vuelvo a ver sus películas una o dos veces...; y es que el cine de Gonzalo García Pelayo una vez visto, hay que repetirlo para disfrutarlo...: los latidos de este hombre son tan intensos y cotidianos, tan espontáneos, tan libres, tan "de verdad" –¡y tantos!– que requieren "parar el tiempo" para sentirlos y gozarlos.

Gonzalo y Javier García Pelayo.

En el contexto de lo que para mí es y representa el cine de Gonzalo García Pelayo, su nueva película "TODO ES DE COLOR", vuelve a ser una nueva expresión de sus latidos y de sus pasiones, pero en esta ocasión tomando como referencia vivida un hecho musical y cultural sureño que él mismo protagonizó e impulso junto a su hermano Javier: el nacimiento, la obra y la propuesta vital, libre, alternativa y democrática de TRIANA, grupo musical surgido en la Andalucía Occidental –concretamente en Sevilla– a mediados de los años setenta.

"TODO ES DE COLOR" es, en realidad, un viaje, o un tránsito intergeneracional, entre la muerte y la vida –o entre la vida y lo que la muerte no puede aniquilar–. Viaje que se inicia ante la tumba de Jesús de la Rosa –alma de Triana–, y que concluye en un concierto al aire libre en el que la música y las canciones de Triana están y estallan todavía hoy vivas y alternativas: «Ven, ven, ven,
 que te quiero cantar
...; ven, ven, ven, 
a la libertad..., 
sueño y fantasía 
se vuelven a juntar en 
un momento».




La película recién estrenada "TODO ES DE COLOR" te sumerge en una renovada forma e entender la vida a través de un de un hermoso entramado de nostalgias y recuerdos. Bellísimo callejeos por el barrio sevillano de Triana- Libres y apasionados amores juveniles –con ese erotismo sugerente que Gonzalo siempre sabe transmitir y despertar–. Reencuentros –para mí ha sido especialmente emotivo el de Gualberto que tanto tiene que ver en esta historia–. Situaciones cotidianas en una botica, o escuchando la sabiduría popular y romántica de una viuda enamorada. O una secuencia bellísima en la Alameda de Sevilla, junto a las columnas de Hércules, en torno a las que se congrega una multitud de todas las edades para cantar "Tu frialdad", convertido casi en himno: «Y sueño con gran pasión que vives para mí como yo vivo por ti.»



Y es que la historia que Gonzalo nos narra en "TODO ES DE COLOR" –en la que él y su hermano Javier fueron protagonistas imprescindibles– es una hermosa y esperanzadora "historia de la historia" del pueblo y de la música popular andaluzas de mediados de los setenta.

Mientras en la Andalucía Oriental había nacido "Manifiesto Canción del Sur", colectivo de "cantautores" insumisos y rebeldes –como lo fueron otros similares en Cataluña, País Vasco, Galicia, o Castilla–; en la Andalucía Oriental –y más concretamente en Sevilla– tres jóvenes –a los que se unieron e impulsaron javier, Gonzalo, Dolores Montoya, Manuel Molina, o Máximo y Benito Moreno– crearon una verdadera alternativa de identidad sureña que, con muy buena música –lo que dio en llamarse el "nuevo rock andaluz"–, formularon una propuesta de vida luminosa, libre y esperanzada; propuesta en la que la capacidad de soñar y el amor vivido en libertad era las claves esenciales de la existencia... Propuesta que, como afirma y convence Gonzalo García Pelayo en su película, hoy sigue teniendo plena vigencia.

Tres jóvenes llamados Jesús de la RosaEduardo Rodríguez y Juan José Palacios, y su grupo: TRIANA.



Me encantaría en este momento hacer un recorrido por algunas de las canciones de Triana para reencontrarnos con sus propuestas poéticas, musicales y existenciales que, para mí, fueron y siguen siendo revolucionarias; pero, para no alargar demasiado este "cuelgo" lo aplazo para otro día.

Sin embargo, no me voy a resistir a proponer el disfrute de una de sus canciones creo que especialmente significativa porque a su creación se unió Antonio Mata –no podía ser otro– de "Manifiesto Canción del Sur"; me refiero a la canción "Del crepúsculo lento nacerá el rocío", tema que cierra "Hijos del Agobio", segundo LP de Triana publicado en 1997.


«Que importa si es largo el camino 
del crepúsculo lento, nacerá el rocío
segando el abrojo y el cardo 
mañana compañero, florecerá el trigo. 

Cuando el trueno es amor 
el relámpago es vida 
y la lluvia es la luz. 

Que importa si pierdo mañana, 
si gané libertad, para mis hijos 
el ayer no es el hoy, ni el mañana, 
que es tiempo pasado. 

Cuando el trueno es amor 
el relámpago es vida 
y la lluvia es la luz.»

Y finalmente, sin más –no quiero alargarme demasiado– solo me queda, de momento, recomendaros un regalo para el cuerpo y para el alma: Ver, gozar, disfrutar y vivir la película ˝TODO ES DE COLOR", de Gonzalo García Pelayo. Creo sinceramente que merece la pena.


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