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viernes, 20 de febrero de 2015

DESDE MI ATALAYA: A "JOSE MIGUEL GONZÁLEZ"... SIMPLEMENTE UN GRAN POETA



Antes de iniciar desde MI ATALAYA este "cuelgue" y el de mañana, me gustaría recordar –ya lo he contado repetidamente– que en gran medida soy lo que soy gracias, por una parte; a la "canción de autor" que surgió y me alimentó humana y sensitivamente en los años sesenta y setenta; y gracias, por otra parte, –muy en especial– a un gran "poeta·cómplice·padre·amigo·camarada" llamado GABRIEL CELAYA. Él –a quién amé y amo mucho– fue quien me abrió y me sumergió en la entraña del leguaje poético –a veces le llamábamos "poÉtico" en torno a la "mesa camilla" de Nieremberg– y a incorporar ese lenguaje en mi paisaje cotidiano y en lo más profundo de mi identidad.

O sea –y para que no quede ninguna duda– me he alimentado de la "canción de autor" y de la "gran poesía"; amor a la canción y a la poesía; y, en consecuencia, jamás faltaré el respeto ni infravaloraré a ningún cantautor, ni a ningún poeta que lo sean honestamente de verdad, o que, al menos yo así los considere.

Dicho lo anterior confieso que en la actualidad hay cantautores, cantautoras y poetas que me pueden llegar a emocionar más, o menos, y que –desde ese criterio de la EMOCIÓN– me pueden parecer libremente mejores y peores; lo que, por supuesto, subjetivamente, –y sin pretender imponer mi criterio a nadie– es para mí incuestionable. He de confesar también que no me gusta, ni estoy de acuerdo, con eso de que cualquiera con una guitarra pueda ser cantautor, o con un lápiz poeta, ¡No! y si alguien no está de acuerdo conmigo, ¡lo siento!.

Y sin más, hoy quiero hablaros de un "gran poeta".  Quizá alguien dirá o pensará "gran poeta para ti", pues sí, para mí...; concretamente siempre que le escucho recitar sus poemas, que es lo que le encanta, ¡siempre!, ha logrado EMOCIONARME.

Este poeta se llama JOSE MIGUEL GONZÁLEZ, tiene 65 años, lleva escribiendo poesía toda su vida y no tiene ningún libro publicado. Sin embargo varias revistas especializadas se han hecho eco de sus poemas. El primero que se los publicó fue Felix Grande, en 1974, en la revista "Cuadernos Hispanoamericanos".

José Miguel González recitando en Libertad 8

Pues bien José Miguel todos los martes, desde hace un año, acude al Micro Abierto de LIbertad 8, de Madrid, con uno o varios poemas nuevos, y allí con una bellísima y ejemplar humildad y humanidad –rodeado de jóvenes cantautores y cantautoras y de otros poetas– nos ofrece sus versos casi siempre recién y hermosamente nacidos.

Pero hay algo más, es tal el impacto y la admiración que ha causado su persona y su poÉTICA entre los participantes en el Micro Abierto de Libertad 8, que, por iniciativa de Andrés Sudón, han realizado un taller de creación de canciones a partir de sus poemas... El resultado han sido 30 poemas musicalizados que en lo que de mi dependa –y en eso estoy– tienen que ser grabados y compartidos

Para concluir este cuelgue –mañana haré otro sobre la "poesía" definida por algunos poetas y cantores– os voy a copiar el poema que le escuché recitar a JOSÉ MIGUEL GONZÁLEZ el martes pasado, consiguió emocionarme muy hondo y le pedí que me permitiera compartirlo... ¡Gracias José Miguel! ¡Gracias!

Retrato de José Miguel González creado
por Ana Antoñanzas.

«¡TAMBIEN SE MUERE EL MAR!»
(Verso de Federico García Lorca)

«Murieron Shakespeare, Lorca, Kavafis, Pessoa. Es asombroso que sigamos vivos.
Rimbaud ¿Por qué moriste tan joven?
Jim Morrison ¿Por qué abriste las puertas a la muerte tan temprano?
¿Ubi sunt qui ante nos in mundo fuere? 
¿Dónde están los que vivieron antes que nosotros?
La vida es una isla rodeada por un océano de muerte. 
De pequeño quería comprarme un archipiélago, pero me miraban raro.
La muerte de un solo joven es un naufragio irreparable.
¿En qué hipódromo siniestro galopa el caballo
que terminó con la vida de tantos amigos?

Hay rumores, se dice que la muerte va para largo,
sólo se conoce un caso de uno que regresó a la vida clandestinamente
y está encerrado en una casa de locos.
Cuentan de otro que murió a los 25,
pero siguió preparando oposiciones hasta los 75.
Hay mucho muerto viviente,
zombies zumbados que proliferan
en las alcantarillas de los telediarios,
con su mirada sucia y su fétido olor a fondo buitre. 
Se dirigen al Retiro, alguien ha sembrado mil puertas
y todas están abiertas. Miles de carteles pregonan:
“Abandonad la esperanza, 
pues todas las puertas conducen a la muerte.”

Yo, José Miguel González, natural de Valencia de Alcántara (Cáceres)
confieso que tengo pánico a la muerte,
porque la vida y yo nos entendemos
y estoy himalayamente enamorado de ella.
Si algún día muero, en los instantes previos,
quiero recordar el esplendor de los niños, 
el fuego omnipresente del deseo,
el milagro de un bosque o una flor salvaje,
el amor, el don de la ebriedad,
un amanecer en la isla con matices ácidos, 
los poemas minusválidos que los amigos aguantan,
en los escasos momentos en que no hablamos
de nuestras imaginarias hazañas escalando el monte de Venus.

La muerte avanza hacia mí incesante, lentamente,
se me acerca con descaro y me da un beso en la boca.
Yo he mirado a la muerte cara a cara.
Ella se había quitado toda la ropa
e intentaba seducirme,
yo la vi bastante anoréxica y me dio grima,
salí corriendo como cuando era un joven atleta
y la muy puta gritaba “¡Cobarde de mierda,
aunque te ocultes en el lugar más recóndito del planeta
volveremos a vernos, porque tú, tonto de los cojones, me perteneces!
como todos los habitantes de la tierra”.

Los franceses hablan de la pequeña muerte,
ese momento de calma que sigue a la culminación del acto, 
y es que el mundo cambia cuando dos se acarician, y se corren.
Nada como sentir cerca la muerte
para apreciar el valor y la belleza del reino de este mundo.  
Una canción, un poema nuestro, dará fe dentro de muchos años
de que sin música la vida no tendría sentido
o de que la poesía es un alfabeto que aún no se ha inventado.

Cuando una pesadilla azuza sus chacales,
de pronto despertamos,
y sonreímos felices de que todo fuera 
un desvarío de nuestra imaginación.
Tal vez ocurra lo mismo un instante después
de cruzar el río de la muerte.»

NOTA IMPORTANTE –sobre todo para poder disfrutar en el nuevo fin de semana que se nos viene–: JOSE MIGUEL GONZÁLEZ tiene un blog donde publica sus poemas, podéis conectar con él a través del siguiente enlace:

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