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miércoles, 19 de marzo de 2014

ALBERTO CORTEZ - V: DE SU MUY EXTENSA poÉTICA CANTADA Y DE SU DESLUMBRANTE CALIDAD HUMANA

Alberto Cortez.

A partir de los dos inolvidable conciertos ofrecidos por ALBERTO CORTEZ en el teatro de la Zarzuela en el año 1967, y de la publicación de sus dos discos titulados "Poemas y canciones", siempre nos sorprendió en sus grabaciones, musicalizando textos de otros grandes escritores como Miguel Hernández, José Luis Borges, Armando Tejada Gómez, María Elena Walsh, o Pedro Bonifacio Palacios "Almafuerte", poeta argentino, nacido en 1854 y fallecido en 1917, al que dedicó un disco monográfico titulado "Versos escogidos de Aguafuerte" (1989). En la contraportada de aquel disco Alberto escribió lo siguiente:


«Almafuerte fue y sigue siendo mi poeta de cabecera. Con él aprendí a leer y a gozar la poesía. Su palabra sigue teniendo una vigencia absoluta en nuestro tiempo, pero lamentablemente es un poeta  olvidado por su pueblo y desconocido por el mundo. Mi tarea, en este caso, no tiene la pretensión de ser descubridora de Almafuerte, pero sí de ser difusora de una parte de su obra. Me parece importante que los jóvenes tengan la posibilidad de interesarse por un hombre que escribía versos intensos defendiendo los mismos principios de libertad, igualdad y honestidad que defiende la juventud hoy en día. Md gustaría que se supiera que Almafuerte es el aliado más grande que podemos desear y tener todos aquellos que reivindicamos esos principios».


«Yo soy flor que se marchita
al sol de la adversidad.
El arbolito en mitad
de la llanura infinita.
La paloma, pobrecita,
que arrastran los aquilones,
entre oscuros nubarrones
de tempestades airadas.
Soy la barca abandonada
en el mar de las pasiones.

Soy el ave que al bajar
de los aires fatigada,
no tiene ni una enramada,
ni un árbol en que anidar
y si vuelve a levantar
las tristes alas del suelo,
encuentra nublado el cielo
y deshecha la tormenta,
y el pájaro se lamenta
y vuelve a tender su vuelo.

Yo no canto por llamar
la atención que no merezco.
Yo canto porque padezco
penas que quiero olvidar;
que tan solo con cantar 
se va al viento nuestra pena
y yo tengo el alma llena
de pesares y amarguras.
¡Más que en la pampa hay anchura...
más que en la mar hay arena!...

¡Adiós primorosa flor!
Adiós lucero invariable,
solamente comparable
a la estrella de mi amor.
Cuando sientas un dolor
parecido al que yo siento,
Dios quiera que tu lamento
no sucumba en la ignorancia
y atraviese la distancia
sobre las olas del viento».

El resultado de aquel tiempo dedicado por Alberto Cortez a empaparse del auténtico lenguaje poético –dejando que los versos de los grandes poetas fueran calando en sus entrañas y movilizaran sus sentimientos y su sensibilidad humana y musical– fue el surgimiento, inevitable, en el cantor argentino, de una personalidad poética singular.

Sé que a él no le gusta que le llamen poeta –el suele decir que más bien se siente un «versificador más o menos afortunado». A pesar de ello,  considero que Alberto es un auténtico poeta popular; un hombre sensible que sabe traducir en versos y en canciones las realidades cotidianas y los sentimientos más profundos.

Poeta popular que ha sabido darnos canciones que se han convertido en auténticos himnos de nuestra sentimentalidad individual y colectiva. como "Cuando un amigo se va", "En un rincón del alma", "Diarancia", "Castillos de arena" o "A partir de mañana"

Cientos de canciones que con regularidad ha configurado una completa e interesante discografía: “Poemas y canciones, Vol. 1” (1967); “Alberto Cortez canta a Atahualpa Yupanqui” (1968); “Poemas y canciones, Vol. 2” (1968); “El compositor. El Cantante” (1969); “Distancia” (1970); “No soy de aquí” (1971) –disco en el que incluye la canción “La soledad”, con texto de Patxi Andión, y las canciones “No soy de aquí”, de Facundo Cabral,  y “Los ejecutivos”, de María Elena Walsh–; “Equipaje” (1972); “Ni poco... Ni demasiado” (1973) –que contine una versión de “Gracias a la vida”, de Violeta Parra–; “Como el ave solitaria” (1974); “A mis amigos” (1975); “Soy un charlatán de feria” (1976) –LP en el que incluye el poema “La lluvia sucede en el pasado” de José Luis Borges– ; “Pensares y sentires” (1977); “En vivo desde Madrid” (1978); “A partir de mañana” (1979); “Castillos en el aire” (1980); “Como el primer día" (1983); “Gardel... Como yo te siento” (1984) –con la colaboración de Ástor Piazzolla y su quinteto–; “En vivo” (1985); “Entre líneas” (1985); “Sueños y quimeras” (1986); “Como la marea” (1987); “Almafuerte” (1989); “Coincidencias” (1990); “Si vieras que fácil” (1991); “Aromas” (1993); “Lo Cortez no quita lo Cabral, Vol. 1” (1994); "Lo Cortez no quita lo Cabral, Vol. 2” (1995) –discos en los que se recoge el espectáculo que montaron conjuntamente Alberto y Cabral–; “A todo corazón” (Versión Hispanoamérica) (1996); “Testimonio” (1997); Fe (1998) –acompañado de Ricardo Miralles al piano–; “En un rincón del alma” (2001); “Estela Raval & Alberto Cortez Tour 2002 en vivo” (2002); “Después del amor” (2003); “Alberto Cortez Sinfónico” (2004) –disco grabado en directo con la Orquesta Sinfónica de Houston en el teatro Music Hall–;  “Identidad” (2005); "Tener en cuenta" (2011).




Inmensa obra, como acabamos de comprobar que ha trascendido por todo el mundo y que le ha hecho merecedor de una gran cantidad de premios y reconocimientos a su trabajo, así como de varios "discos de oro y de platino" en España, México y Argentina.

Finalmente para concluir el recorrido que he venido haciendo en esto cinco "cuelgues" dedicado a la obra de Alberto Cortez, quiero volver a incidir en su dimensión cálida y profundamente humana, que va mucho más allá de sus premios, de sus cualidades artísticas, e incluso de su extensa obra grabada; para ello voy a concluir con uno de sus poemas cantados, titulado "Identidad", que nos acerca a esa deslumbrante calidad humana a la que antes me refería y que, desde siempre, le ha caracterizado.


«Será que estoy cansado de ver como a mi esquina
se asoman fascinantes amores sugerentes 
me ampara su mirada de todas las inquinas
me ampara y me permite actuar serenamente 

Será que estoy a salvo detrás de esa barrera
que impide tentaciones de alturas temerarias
si el vertigo me aterra subiendo una escalera
imaginen mi angustia escalando montañas

Detesto los barullos que siembran desconciertos
los aullidos del lobo,los cantares de gesta.
Las prédicas solemnes de pastores inciertos
y las crudas verdades con tocados de fiesta.

No admito interferencias de adictos peregrinos 
que buscan en mi verso algo más que una rima
ofrezco mi respeto igual que exijo el mío
para que siga viva y en pié mi propia estima.

Mi casa no presume,nobleza ni hidalguía
custodian sus paredes el aura de mi nido 
donde no es necesario postigo y celosía
para econder las artes secretas de Cupido. 

Mis logros son el fruto de un intenso trabajo 
y un algo de talento, un algo casi nada.
después es su paciencia que firme y sin atajos
transforma mis penumbras en claras alboradas.

No hay quien a mi me deba favores ni caudales
tengo una sola deuda,le debo su ternura 
que no cambio por todas las glorias mundanales
que puedan depararme mi orgullo y mi estatura.

No quiero herir a nadie con dardos invisibles
ni presumir de astucia cual suprema virtud 
tengo el alma ocupada y no está disponible
y goza por fortuna de muy buena salud.

En fin esta es mi vida, sencilla y transparente 
no tengo pretenciones de estar donde no estoy
no dudo que mi fama depende de la gente
pero eso no me obliga ser lo que no soy».

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