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jueves, 10 de octubre de 2013

JAVIER BERGIA HACE «PUNTO Y APARTE»... ¡LARGO Y FECUNDO "APARTE" NOS ESPERA!... ¡FELIZMENTE!

Javier Bergia.

«Vine al mundo un mes de junio
como no, a "La Milagrosa"
como el sexto de una de ocho,
la familia numerosa».
Javier Bergia.

«Una infancia primorosa
que colmaba mi destino
me llevó como una losa 
a militar como agustino.
Qué veneno sibilino, 
qué violencia generosa,
yo que hacía los deberes, 
hora en verso, hora en prosa».
Javier Bergia.

[...] «Yo que hacía baloncesto, 
que me dieron una copa,
que soñaba, por supuesto, 
con viajar por toda Europa.
Como andaba siempre en danza, 
nunca tuve buenas notas,
del rosario y la ordenanza, 
acabé hasta las pelotas».
Javier Bergia.

[...] «Me tocaba hacer la mili, 
me alisté de voluntario,
todo un año haciendo el "lili", 
doce meses de calvario. [...]
La guitarra es de momento, 

la escopeta que he empuñado,
un cuaderno de canciones 
como único armamento».
("Retrato". Javier Bergia).

Los anteriores versos corresponden a la canción titulada "Retrato" que JAVIER BERGIA ha compuesto y grabado en su reciente disco –¡ya van 13!– "PUNTO Y APARTE".

Yo a Javier lo conocí en el tiempo en que empezaba a "empuñar la guitarra como escopeta y a armarse con un cuaderno de canciones". La primera vez que le escuché fue cuando se presentó, en 1985, a la Muestra Nacional de Canción Popular para Jóvenes Intérpretes, certamen que se celebró en Jaen. Javier obtuvo el primer premio y, a partir de ahí grabó su primer LP. 

Poco después –no sé si él lo recordará– le hice una entrevista para mi programa en Radio Popular. Entonces la emisora era un piso en la calle Juan Bravo de Madrid, y yo hacía el programa grabado. Recuerdo que lo grabamos en un mini estudio de menos de dos metros cuadrados, justo al lado del que Encarna Sánchez utilizaba –¡claro! ¡el principal de la emisora!– para arremeter contra todo lo que pillaba por delante.

Single de su primer LP editado en 1985

Desde aquel día, en que me quedé definitivamente "enganchao" a Javier Bergia y a su música, hasta hoy, han pasado casi 28 años, y aquí me tenéis disfrutando como siempre, y más que nunca, de sus nuevas canciones; de su sensibilidad; de su coherencia poética, musical y personal; de su filosofía del vivir –con la que me siento totalmente identificado– y, sobre todo de su humanidad: maestro en el arte de la humildad como grandeza... Ayer me recordaba Paco Damas unos versos de Celaya; decía el poeta: «Cuanto menos pienso en mí, más se me ensancha la vida»... Pues bien, Javier Bergia milita felizmente en ese pensamiento y en esa ideología tan radicalmente solidaria.

«PUNTO Y APARTE»... Lo del punto está bien –de vez en cuando conviene pararse para oxigenarse hasta las entrañas–, pero lo que más me gusta de ese título es el "APARTE": «Y aunque me duela y me muera / nunca pudiera olvidar, / llevo en el alma una vela / que nadie puede apagar». ("Cósmica, mística, gaseosa")...

¡Largo y fecundo "APARTE" nos espera –y nos queda– para poder disfrutar de Javier Bergia, de su música y de sus canciones!.



¡Y vamos con el nuevo disco!... Para mí este nuevo disco está claramente fotografiado en el dibujo de su cubierta creado por otro amigo común –y también "grande" de nuestro canto popular–: Juan Alberto Arteche.

Arteche titula a su obra "El hombre vacío", y evidentemente lo está; pero en realidad su vaciedad se produce inmersa en un entorno lleno de vida, de horizontes, de nubes y de aguas posibles y refrescantes. («Agua, solo agua / un poquito de agua alegre»)... "Hombre vacío" al que yo le arrancaría ahora mismo sus gafas y le desnudaría de todas sus ataduras –pegando un tirón de ese incipiente roto de la izquierda– para que fuera capaz de "re-emparse" y "re-llenarse" de lo que en realidad sigue teniendo la vida "de vida por vivir", y de horizontes, y "re-novados" vuelos que emprender... Lo que podríamos llamar una "esperanza realista y razonable"

Pese a esa realidad del "hombre vació" –real en los tiempos que corren–, Javier Bergia pone un PUNTO y nos demuestra –con evidencia radical en cada una de sus nuevas canciones– que él no está "vacío"... ¡Qué no!... Ni vacío, ni ciego, ni irremediablemente desesperanzado... Y ahí surge airoso y feliz ese APARTE...

«Hermosos son los días de la vida, 
aquellos que vivimos con pasión, 
que importa si es utópico o en vano; 
los sueños son también una ilusión».
("Quijotesis". Javier Bergia) 

A lo anterior, que yo calificaría de sabia madurez humana, el nuevo disco de Bergia destila también unas construcciones poÉticas hermosas, limpias y sugerentes; y una madurez musical solo posible en quien siempre ha querido escuchar y aprender sin prejuicios, sin ombliguismos, abierto a la magia y a la sorpresa en el descubrimiento de nuevos sonidos, de nuevos instrumentos músicales y de maestros a los que respeta y quiere.

A todo lo anterior, en "Punto y Aparte", late –de auténtico "latido"– la presencia de un equipo de músicos inmejorable –amigos y admiradores de Javier–: Milena Fuentes (violín), Javier Paxariño (flauta, saxo), Luis Delgado (laud árabe), Eduardo Laguillo (sarod), Cuco Pérez (acordeón), Joséte Ordoñez (guitarra), Ramón Arroyo (dobro, steel guitar), Germán Díaz (zanfona), Pedro Pascual (acordeón diatónico, guitarra portuguesa), Juan Carlos Oyola (sitar), Salca Mohamed (voz) y coros: Maria José Hernández, Cristina Mimiaga, Marina Lledó y Yurelis Roque.  

Podría alargar este "cuelgue" mucho más –¡ganas me quedan de hacerlo!–; hacerlo para detenerme, por ejemplo, en el compromiso ético y social que Javier desarrolla de forma concreta y directa en canciones como "Malos tratos" o "Silencio"... "Silencio" que podemos desquebrajar viendo y escuchando un vídeo que ya no sé cuantas veces lo he contemplado, ni cuantas lágrimas y rebeldías me ha desprendido. Con este video concluyo y con él le mando a Javier mi abrazo fraternal: «¡Javier siempre a tu lado como el primer día en aquel estudio de grabación de no más de dos metros cuadrados!».


«Me duelen tus enormes ojos negros, 
que suplican inflamados compasión, 
espina que agoniza en silencio, 
el agrio silencio, siniestro silencio,
cómplice de todo cuanto se urde,
en la noche sin luna. 

Perturbada la conciencia compartida, 
la nutrida política va y se despoja
de la poca vergüenza,
con el breve argumento
arrogante y podrido
de aquellos que gobiernan en la sombra
saqueando este mundo.

Y mañana siempre llega como ayer,
banderas que ondean al viento,
naciones unidas, ciudades ardiendo,
ojos que iluminan el silencio,
terrible silencio.

Y por mares de amargura llegarán,
pateras, anhelos y juncos,
huyendo del hambre, la guerra y el mundo,
cómplice de todo cuanto se urde,
en la noche sin luna.

Me duelen tus enormes ojos negros
que suplican inflamados compasión,
espina que agoniza en silencio,
el agrio silencio, terrible silencio,
cómplice de todo cuanto se urde
en la noche estrellada... sin luna».

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