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lunes, 22 de agosto de 2011

¡MALDITAS GUERRAS! - 100 + 49


ENEKO, extraordinario dibujante venezolano, que suele publicar sus viñetas en "20 minutos.es", vuelve de nuevo a este rinconcillo del blog en su apasionada reivindicación de la Paz:



Esta viñeta me ha traído a la memoria unas palabras fundamentales tomadas de la Declaración de la Constitución de la ONU (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cienca y la Cultura): 

"Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, 
es en la mente de los hombres 
donde deben erigirse los baluartes de la paz"

HILARIO CAMACHO VI - «TU PRESENCIA SIEMPRE ES UNA FIESTA AUNQUE LOS TIEMPOS PARECEN CUCHILLADAS».

Hilario Camacho. (Fotografía: Abilio De Lope).

«Vivo en un lugar, 
dónde no existe ley de gravedad.
Sereno y feliz, estoy bien aquí.
Mi viaje siempre fue subir, subir

Suelo pasear 
descalzo por la hierba sideral.
Ligero es mi amor, fugaz mi razón.
Mi viaje siempre fue subir, subir

Salgo cada noche con la luna
alimento el vicio de soñar
la Tierra es muy pequeña vista desde aquí
No me bajo a ningún precio, mi viaje no tiene final

Cuándo quieras ver 
la casa dónde habito te daré 
mi escala de luz, un camino azul,
mi viaje siempre fue subir, subir

Vago sin cesar, 
doy vueltas por el Cosmos hacia el Sol.
Sereno y feliz estoy bien aquí.
Mi viaje siempre fue subir, subir».


Inicio este sexto y último "cuelgue" dedicado a Hilario Camacho con su canción "Subir, subir", en la que, una vez más, se reafirma en una de los rasgos más característicos de su personalidad. Nos dice: «alimento el vicio de soñar»... 

Efectivamente Hilario fue un gran soñador, y en esa capacidad de soñar –que él llama "vicio"– encontró su inspiración musical y poética, fue feliz, disfrutó del amor, y también sufrió, tanto que, un buen día, no pudo soportar la impotencia para hacer los sueños realidad y decidió echarse a volar para siempre... Recordemos aquello que cantó de la mano de Pablo Guerrero: «Miro hacia el suelo y caigo, miro hacia el cielo y salto»...; él, un día, decidió saltar; y subir y subir...; y tal vez ahora se encuentre allí –¡ojalá!– «dando vueltas por el Cosmos hacia el Sol, o paseando descalzo por la hierba sideral».


"Subir, subir", fue el quinto LP de Hilario, editado en 1983. Un disco claramente de búsqueda y de transición –aunque muy coherente con sus trayectoria– en el que trabajó y compuso sus canciones con Carlos Villarrubia –con el que compartió la mayor parte de los temas–, con Moncho Alpuente –en el magnífico tema "Nicotina"–, con Jaime Compairé, y con Joaquín Sabina, autor de la letra de las canciones "¡Taxi!" y "Negra noche".

En 1986, Hilario compuso la canción "Tristeza de amor" para la serie de televisión emitida por TVE con ese mismo título; serie que fue dirigida por Manuel Ripoll, y protagonizada por Alfredo Landa y Concha Cuetos. Con aquella canción –que a mi me sigue pareciendo magnífica–, Hilario alcanzó gran popularidad, convirtiéndose –tal vez inconscientemente– en la voz y en la melodía de muchos amores  rotos, o que decidieron romperse al eco y al sentimiento de su voz: «Tristeza de amor / un juego cruel /jugando a ganar / has vuelto a perder»

Aquel mismo años apareció el disco "Gran ciudad" que recogía la canción "Tristeza de amor", pero que, a la vez contenía magníficas canciones como "Gran ciudad", "Un extraño en Madrid" "Puerta de salida", "Las estrellas del rock", o "Chicos de la calle".




Curiosamente, aquel disco editado por Twins –en 1986– desapareció misteriosamente –fue rápidamente descatalogado– y reapareció editado por la compañía discográfica Fonomusic en 1994 con el título genérico de "Tristeza de amor"; reedición a la que Hilario añadió tres canciones nuevas: "Solo y perdido", "Tela de araña" y "Juguemos a otra cosa" . Con motivo de aquella reedición, Hilario formulaba las siguientes reflexiones: «A veces he pasado etapas de mi vida que han sido como una larga travesía en el desierto. Mucho trabajo y poco reconocimiento. Si uno logra atravesar esa travesía sale fortalecido en la experiencia».

Y efectivamente de esa fortaleza fueron surgiendo nuevas canciones y nuevos discos que me siento obligado tan solo a enumerar: "El mercador del tiempo" (1990), "Lo esencia" –recopilatorio publicado en 1991); "Hilario Camacho en concierto" –grabado en directo en La Nave, Madrid, marzo de 1997–, y "Lunático veneno" (1985), magnífico disco en el que contó con colaboraciones como las de Carmen Rodríguez, de La Plata; Enrique y Álvaro Urquijo, de Los Secretos; Juan Luis Jiménez, de Presuntos Implicados; o Cristina Narea; y en el que merece la pena destacar también la canción "Oigo trenes" surgida como una nueva creación compartida con su amigo Pablo Guerrero.



«Te esperaré en la esquina del peligro
húmeda tarde de gatos escondidos,
hay luces de neón tras la ventana,
hay una sombra aullando en el pasillo,
siento tu imagen cuando miro al espejo
la alegría de pronto se abalanza
y tu presencia siempre es una fiesta
aunque los tiempos parecen cuchilladas».
("Oigo trenes")

Posteriormente, tras un nuevo silencio discográfico, Hilario reapareció con el álbum "No cambies por nada" (2003) en el que colaboró Kiko Veneno acompañádole en la canción que daba título al disco y con uno de sus temas llamado "Te llevo dentro".

Finalmente, en 2006, Hilario se reencontró con su primer productor, Alain Milhaud y grabó el que sería su último disco titulado "Una mirada diferente"; disco que como afirma Nacho Sáenz en el texto que aparece en la carpeta, «es una colección de canciones que escriben su biografía musical».

Recuerdo, ya lo he contado alguna vez, que antes del verano del 2006, Hilario me dio el disco pidiéndome que escribiera algo para el día de su presentación. 

La presentación estaba prevista para el mes de septiembre y, lamentablemente, no pudo hacerse porque Hilario nos dejó. Recuerdo sus últimas palabras pocos días antes de morir: «Fernando. ¿me puedes creer si te digo que estoy nervioso?... Es como si fuera a presentar mi primer disco...; y esto me cabrea porque en realidad aquí es como si tuviéramos que pasar un examen de ingreso cada vez que haces un disco nuevo»... Recuerdo también que le contesté: «Tranquilo Hilario, no lo dudes, hay miles de personas que amamos lo que haces y te seguimos... ¡eres muy bueno!»...; y en aquel momento recordé dos de los versos de "Oigo trenes" y se los recité: «TU PRESENCIA SIEMPRE ES UNA FIESTA AUNQUE LOS TIEMPOS PARECEN CUCHILLADAS»... Fueron nuestras últimas palabras.

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